Consejos

Cómo elegir el color de las paredes

Si bien la mayoría de nosotros no pensamos mucho en esto en el momento de elegir un color para la pared, la realidad es que los colores afectan todos los días de nuestra vida. El color de nuestro salón puede influir en nuestro humor y nuestras ideas. Los colores afectan a las personas de muchas maneras, dependiendo de la edad, sexo, origen étnico o el clima local. La mayoría de las personas reaccionan de la misma manera frente a un color o un grupo de colores, por eso es importante hacer una buena elección.

Para tener una casa bonita, no tenés por qué preocuparte por las tendencias, ya que las mismas van y vienen. Las personas que habitan una casa la hacen bonita eligiendo los colores que reflejan sus gustos y personalidad. El truco está en combinar los colores que te gustan de manera agradable. La elección de los colores es uno de los pasos más intimidantes para los principiantes. El color tiene el poder de cambiar la forma y el tamaño de los muebles, así como la forma y el tamaño de la sala a decorar.

Vamos a explicarte cómo afectan los colores en nuestros estados de ánimo. Por lo tanto, cuando elijas un color, tené en cuenta que cada color tiene un efecto psicológico. Un color puede hacer que sientas tranquilidad o rabia. Por lo tanto, es fundamental que elijas los colores sabiamente para crear paz y armonía en tu hogar. Primero, se te aconseja que mires revistas y libros de decoración, o busques en la Web, y saques ideas de qué color es el que más te gusta para decorar tu casa. Trata de limitar el número de colores de una habitación a no más de tres o cuatro. Demasiados colores pueden hacer que una habitación parezca saturada. Los colores se comportan básicamente de tres maneras: activa, pasiva y neutral, y puedes hacer una combinación de colores a tu gusto y propósito personal. Los colores claros tienden a ampliar e iluminar las habitaciones, los colores oscuros y cálidos le dan a las habitaciones muy grandes, un aspecto de más intimidad.

ROJO – El color rojo eleva el nivel de energía de una habitación. Es una buena opción cuando se quiere incitar la emoción, sobre todo por la noche. En un salón o comedor, el rojo agrupa a la gente y estimula la conversación. En una entrada, se crea una fuerte primera impresión. Se ha comprobado que el rojo aumenta la presión arterial, la velocidad de respiración y el ritmo cardíaco. Se suele considerar demasiado estimulante para dormitorios, pero puede agregarse el color rojo con la luz, el color aparecerá silenciado, rico y elegante, y sólo cuando el momento sea adecuado. El rojo es la más intensa bomba de adrenalina como ninguna otra tonalidad. 

 CARMESÍ – Este color puede hacer que algunas personas se sientan incómodas. Debe ser evitado como color principal de una habitación. Si estás mucho tiempo en una habitación donde este color es el que predomina, en algún momento habrá una ruptura de la paz y la armonía. Antiguas culturas utilizaban el color rojo para estimular el cuerpo, la mente y aumentar la circulación.

 

 

AMARILLO – El amarillo capta la alegría de la luz del sol y comunica felicidad. Es perfecto para cocinas, comedores, y baños, en donde es muy importante encontrar colores energizantes y edificantes. En pasillos, entradas, espacios pequeños, el color amarillo puede dar una gran bienvenida. Aunque es un color muy positivo, no es una buena opción tenerlo como el principal color de una habitación. Las personas tienden a perder su paciencia en una sala de color amarillo. Los bebés también parecen llorar más en una habitación color amarillo. Este color, si es el predominante, tiende a crear la sensación de frustración e ira en las personas. Además, es el que más fatiga a los ojos. En cromoterapia el color amarillo se cree que estimula los nervios y purifica el cuerpo.

 

 

AZUL – El color azul hace bajar la presión arterial y enlentece el ritmo cardíaco y la respiración. Por eso es considerado calmante, relajante y sereno y es recomendado para dormitorios y baños. Pero sin embargo, ten cuidado, ya que un azul pastel puede verse muy mal y frío cuando está en las paredes o mobiliario, sobre todo si es una habitación que recibe poca luz natural. Si optas por este color como el color primario de un espacio, trata de encontrar un equilibrio con tonos cálidos en la decoración y telas. Para fomentar la relajación en las habitaciones donde las personas se reúnen en familia, salas de estar, cocinas grandes, debes considerar azules más cálidos, más cerca del lila, o azules brillantes, como el turquesa. Así como el azul claro tiene un efecto relajante, el azul oscuro tienen un efecto contrario, evoca tristeza. Así que no uses este color como principal. Si te gusta el azul, escoge los tonos más claros.

 

 

VERDE –Este color es el que más descansa los ojos. Combinando la cualidad refrescante del azul y la alegría del amarillo, el verde se adapta a cualquier habitación de la casa. En una cocina, un verde enfría las cosas, en un comedor o salón familiar, alienta la relajación pero tiene suficiente calor para promover la comodidad y la unión. En un dormitorio, es relajante y placentero. Cuando se utiliza como color principal en la decoración, tiene un efecto calmante. Se cree que tiene gran poder para solucionar el estrés e incluso dicen que aumenta la fecundidad.

 

 

PURPURA –En sus valores más oscuros (berenjena, por ejemplo), es rico, dramático y sofisticado. Está asociado con el lujo, así como la creatividad. Como un color secundario, da al espacio profundidad. Las versiones más claras de púrpura, como lavanda o lila, hacen que la habitación sea propicia para descansar, sin el riesgo de sentir frío.

 

 

NARANJA –El naranja evoca emoción, entusiasmo y energía. Si bien no es una buena idea para un dormitorio o una sala de estar, es excelente para una sala de ejercicios. En culturas antiguas el naranja se utilizaba para curar los pulmones y aumentar los niveles de energía.

 

 

COLORES NEUTRALES –Estos colores son el negro, gris, blanco y marrón, son fundamentales como herramienta en una decoración. Estos colores entran y salen de moda todo el tiempo, pero su virtud radica en su flexibilidad: añadir color para alegrar las cosas o para tranquilizar. El negro es mejor utilizarlo en pequeñas dosis, como un acento, y por cierto, todos los expertos sostienen que en una decoración siempre debe haber un toque de negro o tierra para darle profundidad al esquema de color.

 

 

El techo representa una sexta parte del espacio en una habitación, pero muy a menudo, sólo recibe una capa de pintura blanca. De hecho, durante años, se ha considerado que el blanco era el mejor color para los techos. Pero también pueden usarse colores, solamente debe tenerse un detalle en cuenta: los techos claros se sienten superiores, mientras que los oscuros dan la sensación de bajar. Bajar no necesariamente tiene porque ser claustrofóbico; si la habitación tiene techos muy altos, pintarlos de color daría una sensación más acogedora. Los colores oscuros hacen que un lugar parezca más pequeño y los luminosos, dan efecto de amplitud y espacio. Estas directrices generales, son un buen punto de partida en la búsqueda de un color. Pero recuerda que la elección de colores es un asunto personal. Sos quien tiene que vivir con el color de la pintura, así que nadie mejor que vos sabe de tus necesidades y la de tu familia. En lo posible, elige una pintura de buena calidad, para hacer una inversión a largo plazo.

 

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